Aquí, cualquier nieto de doña Cuca puede ponerse a vender o rentar casas y presumir de ser un profesional. Eso da lugar a malos tratos porque el individuo en cuestión puede dejar una operación a medias una vez cobrada su comisón. Eso en el mejor de los casos, porque tambien puede haber fraudes en los que la gente termina perdiendo su patrimonio. Por eso paises como Estados Unidos establecieron candados, para que estas transacciones pasen por un agente inmobiliario acreditado, sometido a examenes periodicos.
En el D.F. empiezan a moverse las aguas hacia ese canal.El gremio cabildea con la Consejería Jurídica del gobierno del Distrito Federal que encabeza Leticía Bonifaz. Quieren una ley inmobiliaría para profesionalizar al sector. Alejandro Kuri director del Instituto de Administradores Inmobiliarios, encabeza las negociaciones. Pretende que todo aquel que vende casas como actividad se profesionalice y entre al mercado formal. Según datos del instituto, sólo el 8 por ciento de los inmobiliarios en el D.F. son miembros de alguna agrupación como la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios.
Los principales legales serían la exigencia de una preparación adecuada y la demostración de tener capacidad para ejercer este trabajo, para entonces recibir una licencia como se hace en muchos otros trabajos de intermediación. Incluso serían exigibles certificaciones que requerirían actualizaciones periodicas. Desde el punto de vista del consumidor sonaría bien tener del otro lado del escritorio a una persona que demuestre ser confiable.
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